Los nudos son un problema frecuente en los perros de pelo largo.
Hay dos factores que provocan la formación de nudos:
- la incorrecta o nula eliminación del pelo viejo.
- la falta de higiene y/o escasa hidratación de la piel y del pelo.
La época más propicia para la aparición de nudos es cuando comienza el calor, además la piel de los perros demanda más nutrientes y por ello se rascan con mayor frecuencia. Al hacerlo, fomentan el anudado del pelo.
La caída brusca del pelo en los perros de muda intensa también favorece la creación de nudos.
No retirar el pelo viejo puede provocar otros problemas como picores, irritaciones, heridas o eccemas.
Aumente la frecuencia de los baños y cepillados de su perro. Hágalo correctamente con el instrumental adecuado y la cosmética apropiada. Evitará la formación de nudos y mantendrá sana la piel y el pelo de su perro.
Cómo proceder ante los nudos
Eliminar los nudos al inicio de su formación es una tarea fácil. Pulverice un buen spray Sueltanudos- Acondicionador para que se deshagan con el cepillado sin necesidad de cortarlos.
Los grandes nudos, esos que forman placas, requieren de una labor más complicada.
1. Conservar la longitud total del pelo
Asegúrese, antes de empezar, de que la piel no esté escamada o irritada. Solamente si la piel está sana es conveniente actuar con este objetivo.
Es fundamental disponer de material apropiado: Un buen spray Sueltanudos-Acondicionador, un cortanudos, una carda y un peine adecuados.
Empape bien la zona anudada con el Sueltanudos-Acondicionador y masajee con los dedos para que el líquido penetre en el interior del nudo. Comprobará cómo se van aflojando.
El cortanudos permite convertir los grandes nudos en pequeños nuditos que, con la carda y el peine, podrá eliminar con facilidad.
Cuando se hace este trabajo hay que ir vigilando la piel del perro, no abusar del contacto de la carda con la piel, y evitar los tirones.
2. Mantener la longitud parcial para un bonito arreglo
Este procedimiento es, casi siempre, el más recomendable.
Empiece por dar un corte previo con el fin de ahorrar fatiga y tiempo.
Este corte va a permitir deshacer los nudos fácilmente, evitando tirones e irritaciones en la piel.
Además del material recomendado anteriormente, necesitará una tijera fuerte y resistente, apropiada para trabajar sobre pelo muy denso.
Para empezar a trabajar lo adecuado es dar un baño la víspera.
Trabaje sobre un pelo limpio e hidratado. Le resultará más cómodo. También es fundamental para evitar el desgaste prematuro de las tijeras.
Se da el corte mechón a mechón, cuanto más pequeño mejor para no estropear las tijeras ni cortar demasiado, ya que eso impediría dar un bonito acabado final en la última fase del proceso.
Procure cortar como mínimo a dos centímetros de la piel, el máximo será el que el nudo y la tijera nos permitan.
A continuación se empapa bien toda la zona anudada con el Sueltanudos-Acondicionador.
Abra las placas con la carda. El producto actúa y facilita considerablemente esta labor.
Una vez eliminados los nudos se procede al baño. Aplique cosmética nutritiva para sanear la piel y recuperar la elasticidad del pelo.
El arreglo final va a depender de un buen secado. Utilice un secador a temperatura templada.
Cepille por capas al tiempo que va secando completamente el pelo.
Asegúrese de que no quede ningún nudo por pequeño que parezca, ni restos de humedad.
La parte más delicada del proceso es la del corte final.
Se trata de darle forma, respetando las proporciones y dejando suficiente longitud de pelo para garantizar su protección.
Este trabajo requiere de destreza. Puede hacerlo a tijera o a máquina.
Lo más económico sería utilizando la tijera, aunque actualmente puede encontrar máquinas apropiadas para este trabajo a precios razonables.
3. Rapado total
Para cortar las placas de nudos con máquina es necesario cortar ENTRE LA PIEL Y LA BASE DEL NUDO.
El perro quedará casi desnudo, con la piel desprotegida, y expuesto a los riesgos que ello conlleva.
No es nada recomendable. En caso de absoluta necesidad, acuda a un profesional.
Más información en «Los riesgos de rapar al perro«