Cómo tratar a un perro «difícil» en la peluquería 1


El trato ideal para esta clase de perros consiste en un comportamiento que resulta convencional en muchas profesiones.

Un ejemplo muy claro es el trato de la tripulación de una aerolínea al pasaje.

Estos profesionales están entrenados en la amabilidad, pero a la vez en el control, en la firmeza y en la disciplina.

Efectivamente, es algo tan convencional como la clásica «mano de acero con guante de terciopelo».

Baño del perro

 

EL PERRO TRASTO

El perro «trasto» lo que necesita es paciencia y tiempo.

Pero para que durante ese tiempo no se vaya desmadrando progresivamente, tan importante como la paciencia es que la disciplina, aquello que se le exige, sea aplicada con firmeza, sin ceder un milímetro en lo esencial.

Flexibilidad y firmeza como el junco, que cede continuamente a la fuerza del viento pero sin mover un milímetro sus raíces.

Por eso, déjale que descubra que tú eres flexible y rígido a la vez.

Flexible y tolerante con algunas cosas y rígido, firme e intolerante con otras.

En efecto, cuando estás trabajando con un perro, hay comportamientos que no se los debes permitir nunca.

Sin embrago hay otros que no se los consentirás al principio, cuando el animal todavía «está fresco», pero que irás tolerando a medida que pase el tiempo y el perro se vaya cansando.

Esto no significará ninguna inconsistencia si tú tienes claro qué comportamientos no son negociables y cuáles son aquellos en los que vas a ir cediendo.

El perro aprende rápidamente a no intentar donde nunca va a obtener nada e intenta donde sabe que tú vas a ceder.

Si algún día tienes que ceder en algo que no cedes nunca, hazlo de tal manera que él no se percate de que has cedido.

 

EL PERRO INSEGURO Y ANSIOSO

La ansiedad es una sensación de inseguridad e incertidumbre. Por tanto, la certidumbre es el mejor remedio contra la ansiedad.

Esta clase de perros necesitan tener alguien seguro en quien apoyarse y tener claro qué es lo que va a ocurrir.

Déjale ver que tú sabes lo que haces

El perro no debe verte dudar. Por ello, la experiencia profesional ayuda mucho a evitar las resistencias de los perros.

¿Quien es el entrenador más valorado?, ¿El que sabe mucho?, ¡No!

El mejor entrenador es el que hace creer a los jugadores que él sabe mucho.

Eso genera confianza, adhesión y seguridad. Con los perros también.

Hazle sentir que tú estás tranquilo

Para el perro tu estado de ánimo es su principal referente emocional.

Consecuentemente, tu estado de ánimo es el principal chivato de alarma que puede encender o apagar la preocupación del animal.

Por mucho que se mueva el avión, mientras la tripulación esté tranquila, ¡aquí no pasa nada!

Por el contrario, todos comenzamos a preocuparnos cuando vemos tensión en las azafatas.

Favorece las rutinas

Ayúdale a que tenga claro lo que va a hacer, favoreciendo las rutinas del trabajo.

Cuanto antes aprenda de memoria lo que va a hacer o le van a hacer, antes se relajará.

Afortunadamente, el trabajo que se dispensa a cada perro en la peluquería suele ser rutinario, pero favorece todo cuanto puedas este aspecto.

Procura que se le atienda siempre rutinariamente. Si es posible en la misma mesa, con la misma máquina, etc.

Y si trabajáis varios profesionales en tu peluquería, ocúpate de que le atienda siempre la misma persona.

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Pero, no nos engañemos. El que este trato funcione o no, dependerá ante todo de tu manera de ser.

Si tú eres una persona con temple, segura, sin dudas, firme, como eso se transmite por los poros, el perro se percatará de ello rápidamente.

¿Y si no eres así? ¿Quienes no son así están condenados a generar indefectiblemente perros difíciles?

¡No, en absoluto!

Sigue leyendo en «Cómo influye la manera de ser el peluquero en el comportamiento del perro«.


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Una idea sobre “Cómo tratar a un perro «difícil» en la peluquería

  • Enredogs

    Me han encantado los tres artículos y estoy completamente de acuerdo con lo que contáis.
    En mi caso no trabajo con nadie ni tengo jaulas, pero voy con calma y he notado una gran diferencia de cuando aprendía y no estaba segura ni cómoda a ahora que estoy «como Pedro por su casa».