Perros «difíciles» en la peluquería


¿Perros difíciles? Sólo para algunos

Es frecuente que algunos peluqueros pregunten sobre la manera de manejar a los perros difíciles en la peluquería.

He asistido con estupor varias veces a deliberaciones sobre los mejores productos para sedar o dormir a los perros difíciles en la peluquería.

Me cuesta aceptar este hecho porque choca con mi experiencia y con la experiencia de muchos peluqueros que conozco.

Me refiero a grandes peluqueros, muy afamados.

Una vez, en una exposición en Madrid, uno de los más grandes me dijo que la víspera había preparado más de veinte perros con un par de ayudantes.

Le dije que se sobreentendía que no le había tocado ninguno difícil.

Antes de responderme, me miró en silencio como quien mira a un extraterrestre.

Después me dijo: “No sé de qué me hablas. Yo no he conocido perros de esos. Como mucho, de vez en cuando recibo a alguno que no me inspira confianza y ante la duda, le pongo el bozal y a trabajar”.

Cuando planteé la cuestión a otros grandes de la peluquería, merecí el mismo gesto y obtuve parecida respuesta.

¿Por qué para algunos peluqueros los perros difíciles significan una de las dificultades profesionales que más les preocupan, mientras que otros no conocen ese problema?

Indudablemente la dificultad no radica en los perros, sino en cómo son manejados.

Baño de un perro

Aprendizaje y trato del perro difícil

Observando cómo manejan a los perros los peluqueros que no tienen perros difíciles, se aprecia que este manejo tiene dos claves:

  • Respeto al aprendizaje del perro.
  • El trato que le dispensan.

Es un hecho que para algunos perros acudir a la peluquería es algo que les preocupa y agobia, hasta que aprenden a desenvolverse en ella correctamente.

Y esto implica un proceso de adaptación.

Si vivimos de espalda a este hecho, si no respetamos y favorecemos esa adaptación, somos nosotros quienes generamos con nuestra actitud los perros difíciles.

También es importante el trato, la manera en la que nos dirigimos al animal.

En estos artículos pretendo mostrarte de manera sencilla cómo favorecer el aprendizaje del perro y cómo dispensarle un trato adecuado.

De esta manera, tampoco tú tendrás perros difíciles en tu peluquería.

 

Aprender a comportarse en la peluquería

¿Cómo sientes tú a los perros que llegan a tu peluquería?

  • Sientes que hay grandes diferencias en el comportamiento de unos y otros.
  • Das importancia a que unos sean tranquilos y otros nerviosos.
  • Consideras que unos son un pedazo de pan y otros te pueden llevar la mano.
  • Y sobre todo, si te comportas adecuándote a la manera de ser de cada perro.

Si te has visto reflejado en alguna de las situaciones anteriores, ten la seguridad de que solamente por pensar y actuar así tendrás perros difíciles.

Todas esas clasificaciones son nefastas. ¡Quítatelas de la cabeza!

La única clasificación que te interesa es que a tu peluquería entran dos clases de perros: los perros aprendices de clientes y los perros clientes, aquellos que ya han aprendido a comportarse en la mesa de trabajo.

Piensa en lo siguiente. Todos los perros tienen que aprender a comportarse en la peluquería.

Tienen que pasar por un proceso de aprendizaje para llegar a  comportarse correctamente en la peluquería.

Todos tienen que recorrer ese proceso para llegar a ser clientes.

Unos son más activos y otros más pánfilos; unos muestran en su conducta el autocontrol emocional que genera la disciplina familiar y otros son unos malcriados caprichosos.

Esto a ti no debe importarte, porque el aprendizaje los uniformará a todos en la peluquería.

Algunos vuelan en el aprendizaje.

Desde el primer día entran a la peluquería como diciendo: “A mí déjame de tonterías, trátame desde hoy como a un cliente de toda la vida”.

A otros, por el contrario, les cuesta mucho.

Para los más inquietos, su problema es el tiempo. Tienen que aprender a aguantar cada vez más tiempo.

Para los inseguros, su problema consiste en aprender a resolver el miedo o la ansiedad que les genera la peluquería.

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¡El profesor eres tú!

En el siguiente artículo te mostraré el plan de actuación que tienen que recorrer tus alumnos.

Con aquellos que lo recorran como flechas, ¡miel sobre hojuelas!.

Con los que tengas que ir despacito, recorriéndolo poco a poco, ¡qué le vas a hacer!

 

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